Para desgracia de todos nosotros la Semana Santa ya ha acabado, y de las dos procesiones que nos quedaban solo salio una, aunque estaba amenazada por lluvia.
El Domingo de Resurrección el Santo Cristo Resucitado no cruzo el río Ebro, se quedo a su orilla en la parroquia de San Antonio de Padua para que todo aquel que quiso pudiera venerarlo.
Aunque fue una lastima que se cancelara la procesión, también merece la pena verlo así de bonito, y que la gente pueda verlo desde cerca.
Antes del Domingo, la procesión del Viernes Santo comenzó con mal pie, ya que el paso se tuvo que refugiar bajo los portales de la plaza del Mercado, pero al final pudo salir, el recorrido fue muy lento, y algunas de las paradas que se realizaron resultaron eternas con mucho desfase entre unas cofradías y otras.
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